convirtiendo la bóveda, el cielo, en determinante del espacio. El cielo no es el espacio infinito más allá del horizonte terreno, sino una construcción doctrinal, el lugar sublime donde emerge el pensamiento y el principio de la historia. Las sibilas y los profetas (Ezequiel) sostienen la trama representando los momentos de intuición de la divinidad. (Giulio Carlo Argan, 1987: II, 57-58)
pays: Italia
année: 1961
Yvert: 839